La agricultura es uno de los sectores más sensibles a la escasez de agua, especialmente en países como España, donde gran parte del territorio sufre estrés hídrico. Ante esta realidad, el uso de agua regenerada en comunidades de regantes se presenta como una solución sostenible, eficiente y estratégica. Sin embargo, esta práctica no está exenta de regulación, controles y obligaciones.
En este artículo vamos a explicarte en detalle cómo funciona el uso de agua regenerada desde el punto de vista jurídico, qué pasos deben seguir las comunidades de regantes y cuáles son los retos actuales para su implantación.
¿Qué entendemos por agua regenerada?
La agua regenerada es agua residual que, tras ser tratada en una estación depuradora (EDAR), ha sido sometida a procesos adicionales de depuración avanzados (filtración, desinfección, tratamientos terciarios) para hacerla apta para determinados usos, entre ellos el riego agrícola.
Se diferencia del agua depurada ordinaria porque cumple estándares más altos de calidad, exigidos para garantizar que su uso no supone un riesgo para la salud humana ni para el medio ambiente. En este sentido, su reutilización no es automática, sino que está sujeta a una normativa específica y estricta.
Normativa aplicable al uso de agua regenerada para riego agrícola
En España, el marco legal principal lo establece el Decreto 1085/2024 aprueba el Reglamento de reutilización del agua, derogando la anterior normativa (RD 1620/2007) e introduciendo modificaciones relevantes en otros reales decretos sobre gestión del agua.
Esta nueva norma responde al mandato del Reglamento (UE) 2020/741 del Parlamento Europeo y del Consejo, que establece requisitos mínimos para la reutilización del agua en el riego agrícola en los Estados miembros. Este reglamento busca armonizar las condiciones en toda la UE y garantizar un alto nivel de protección.
Entre los aspectos más relevantes de estas normativas destacan:
- Una definición más precisa de los niveles de calidad que debe alcanzar el agua regenerada para cada uso previsto.
- El refuerzo de las obligaciones de control y monitorización de la calidad del agua.
- La necesidad de obtener una autorización expresa para cualquier proyecto de reutilización.
- Se introducen responsabilidades diferenciadas para los distintos actores implicados: titular de la EDAR, operador del sistema de regeneración, usuario final, entre otros.
- Se establece un sistema de trazabilidad y supervisión que abarca desde el tratamiento hasta el punto de entrega al usuario.
Requisitos para el uso agrícola en comunidades de regantes
El reglamento establece condiciones estrictas para que las comunidades de regantes puedan utilizar agua regenerada. Estas condiciones varían en función del tipo de cultivo, el método de riego y la categoría de agua regenerada (A, B, C o D). Por ejemplo:
- Para el riego por aspersión de cultivos consumidos crudos, será necesario utilizar agua de categoría A, con un contenido muy bajo de microorganismos y sólidos en suspensión.
- En el caso de cultivos industriales o riego localizado, se puede admitir agua de categoría B o C, siempre que se cumplan ciertas condiciones de uso y medidas de protección.
Las comunidades deberán:
- Disponer de autorización administrativa para el uso del agua regenerada, emitida por la confederación hidrográfica o autoridad competente.
- Firmar un acuerdo de suministro con el operador del sistema de regeneración, en el que se detallen las condiciones de calidad, caudal y control.
- Llevar a cabo formación específica a los regantes sobre el uso seguro del agua regenerada.
- Garantizar la trazabilidad del agua, con registros de uso, distribución y controles periódicos.
Obligaciones de las comunidades de regantes
Además de las autorizaciones, las comunidades de regantes deben cumplir una serie de obligaciones técnicas y documentales para garantizar el uso seguro y conforme a la normativa:
- Plan de Gestión del Riesgo: es obligatorio contar con un plan que identifique los posibles riesgos asociados al uso del agua regenerada y establezca medidas preventivas y correctoras.
- Sistemas de control de calidad: deben realizarse análisis periódicos del agua distribuida para verificar que cumple con los niveles exigidos.
- Mantenimiento de infraestructuras: los canales, tuberías y puntos de entrega deben estar adaptados para el uso de agua regenerada, con señalización específica y sistemas que eviten mezclas con agua potable o natural.
- Información a los usuarios: los agricultores deben recibir información clara sobre las características del agua suministrada, las restricciones de uso y las buenas prácticas agrícolas asociadas.
Participación activa de las comunidades en el diseño del sistema
El Real Decreto 1085/2024 no solo impone obligaciones, sino que también fomenta la participación activa de las comunidades de regantes en el diseño del sistema de reutilización. Esto incluye:
- La posibilidad de intervenir en la definición de los parámetros de calidad requeridos, según las necesidades de los cultivos locales.
- La implicación en la planificación de las infraestructuras de distribución, como redes de riego específicas para agua regenerada.
- La participación en comités técnicos o grupos de seguimiento, junto con operadores de EDAR, autoridades competentes y otros actores.
Esta colaboración mejora la aceptación social, refuerza la seguridad jurídica y permite que el sistema se adapte mejor a las realidades del entorno agrícola.
¿Qué ocurre si no se cumple la normativa?
El uso de agua regenerada sin las autorizaciones pertinentes o sin cumplir los requisitos de calidad puede dar lugar a sanciones administrativas, según lo previsto en la Ley de Aguas y en el propio Reglamento aprobado por el RD 1085/2024. Estas sanciones pueden incluir:
- Multas económicas significativas.
- Suspensión de la autorización de uso del agua regenerada.
- Posibles responsabilidades civiles o penales si el uso indebido provoca daños a terceros o al medioambiente.
Ventajas e incentivos del uso de agua regenerada
Más allá del cumplimiento legal, el uso de agua regenerada ofrece importantes beneficios para las comunidades de regantes:
- Reducción de la presión sobre acuíferos y embalses, especialmente en zonas de estrés hídrico.
- Mayor disponibilidad de agua en épocas de sequía, al tratarse de un recurso alternativo relativamente constante.
- Mejora de la seguridad hídrica y de la capacidad de planificación agrícola.
- Posibilidad de acceder a subvenciones públicas y líneas de financiación europea, ya que la reutilización del agua es una prioridad en la política de transición ecológica.
Retos actuales para la implantación del agua regenerada
A pesar de las ventajas evidentes, la implantación del uso de agua regenerada enfrenta varios retos prácticos que es necesario tener en cuenta:
- Costes económicos: muchas comunidades deben acometer inversiones importantes para adaptar sus infraestructuras a los requisitos técnicos del reglamento.
- Formación insuficiente: los regantes necesitan una formación continua sobre el uso del agua regenerada, sus implicaciones y beneficios.
- Tramitación compleja: el proceso para obtener la autorización puede ser largo, especialmente si hay que coordinar varios organismos.
- Percepción social del agua regenerada: aún existen reticencias culturales o psicológicas hacia su uso, especialmente en cultivos alimentarios, lo que puede dificultar su aceptación generalizada.
Superar estos retos pasa por reforzar la colaboración entre administraciones, operadores y usuarios finales, y por establecer políticas de apoyo financiero y técnico eficaces.
En conclusión, ell uso de agua regenerada por parte de comunidades de regantes no es solo una opción legal, sino una necesidad estratégica para garantizar la sostenibilidad del regadío en España. Su aplicación exige cumplir una normativa exigente, pero también ofrece ventajas relevantes: mayor disponibilidad hídrica, menor presión sobre los recursos naturales, acceso a ayudas públicas y mayor resiliencia ante las sequías.
Si formas parte de una comunidad de regantes y estás valorando esta alternativa, es fundamental contar con asesoramiento técnico y jurídico especializado desde el primer momento. Esto te permitirá tramitar correctamente las autorizaciones, diseñar un sistema seguro y adaptado a tus cultivos, y garantizar el cumplimiento de todos los requisitos del exigidos por la normativa vigente.